cuzadas menores

Tras el fracaso de la cuarta, el espíritu cruzado se había apagado casi por completo, pese al interés de algunos papas y reyes por reavivarlo. Si los Estados francos sobrevivieron hasta 1291 fue por la intervención de los mongoles que ,al acabar con el califato Abbasí en 1258 y conquistar la región de Oriente Medio, dieron un respiro a los latinos, al no ser los mongoles hostiles al cristianismo.
La V Cruzada
fue proclamada por Inocencio III en 1213 y partió en 1218 bajo los auspicios de Honorio III, uniéndose al rey cruzado Andrés II de Hungría, quien llevó hacia oriente el ejército más grande en toda la Historia de las Cruzadas. Como la IV Cruzada, tenía como objetivo conquistar Egipto. Tras el éxito inicial de la conquista de Damieta en la desembocadura del Nilo, que aseguraba la supervivencia de los Estados francos, a los cruzados les pudo la ambición e intentaron atacar El Cairo, fracasando y debiendo abandonar incluso lo que habían conquistado, en 1221.
La Sexta cruzada
En 1225 Federico se casó con Yolanda de Jerusalén (también llamada Isabela), hija de Juan de Brienne (regidor nominal del Reino de Jerusalén) y María de Montferrato, por lo tanto Federico tenía aspiraciones al trono de dicho reino, o lo que es lo mismo, tenía una razón poderosa para intentar recuperar Jerusalén. En 1227, siendo ya Papa Gregorio IX, Federico y su ejército partieron de Brindisi hacia Siria, pero una epidemia les obligó a volver a Italia. Esto le dio a Gregorio la excusa para excomulgar, por romper sus votos de cruzado, a Federico, que llevaba años luchando por consolidar el poder imperial en Italia a expensas del Papado. Tras varios intentos de negociación con el Papa, Federico decidió embarcarse nuevamente hacia Siria en 1228 a pesar de la excomunión, llegando a Acre en septiembre. Una vez allí pronto se vio atrapado por la complicada política del Oriente Próximo. Por un lado entre los propios cristianos muchos veían en esta nueva Cruzada un intento de extender el poder imperial. Se produjo por tanto en Tierra Santa una continuación de la lucha mantenida en Europa entre los defensores del Papado (güelfos), y los del Imperio (gibelinos). Del otro lado, los musulmanes tenían sus propias luchas internas, por lo que el Sultán al-Kamil firmó un tratado con Federico para unirse contra su enemigo al-Naser. A cambio, el emperador podría obtener varios territorios, entre ellos Jerusalén exceptuando la Cúpula de la Roca, sagrada para el Islam, y una tregua de 10 años. A pesar de la oposición del papa 8 a este acuerdo, Federico se coronó Rey de Jerusalén, si bien legalmente actuaba como regente de su hijo Conrado IV de Alemania, nieto de Juan de Brienne.
La Séptima Cruzada
fue liderada por Luis IX de Francia entre 1248 y 1254. En 1244 volvió a caer Jerusalén (esta vez de forma definitiva), lo que movió al devoto rey Luis IX de Francia (San Luis) a organizar una nueva cruzada, la Séptima. Como en la V, se dirigió contra Damieta, pero fue derrotado y hecho prisionero en Mansura (Egipto) con todo su ejército.
Octava Cruzada
Entre los años 1265 y 1268, los egipcios mamelucos conquistaron una serie de territorios cristianos en el litoral de Palestina y del Líbano, como Haifa o Antioquía, además de Galilea y de Armenia. El Oriente Medio vivía una época de anarquía entre las órdenes religiosas que deberían defenderlo, así como entre comerciantes genoveses y venecianos. El rey de Francia Luis IX (San Luis), retomó entonces el espíritu de las cruzadas y lanzó una nueva iniciativa armada, la Octava Cruzada, en 1270, aunque sin gran repercusión en Europa. Los objetivos eran ahora diferentes de los proyectos anteriores: geográficamente, el teatro de operaciones no era el Levante si no Túnez, y el propósito más que militar, era la conversión del emir de la misma ciudad norteafricana. Luis IX partió inicialmente para Egipto, donde gobernaba la nueva dinastía mameluca con el sultán Baibars. Se dirigió después para Túnez, con la esperanza de convertir al emir de la ciudad y al sultán al cristianismo. El emir Maomé lo recibió con las armas. La expedición de San Luis terminó como casi todas las otras expediciones, en una tragedia. No llegaron siquiera a tener oportunidad de combatir, apenas desembarcaron las fuerzas francesas en Túnez, fueron acometidas por una peste que asolaba la región, segando incontables vidas entre los cristianos, entre ellos San Luis y uno de sus hijos. El hijo del rey, Felipe el Audaz, firmó un tratado de paz con el sultán y volvió a Europa.
Novena cruzada
La novena cruzada emprendida por el futuro Eduardo I de Inglaterra comenzo comenzo con las noticias de que el Sultan Mameluco de Egipto, Baybars, había reducido el Reino de Jerusalén, el más importante estado cruzado a una pequeña franja de tierra entre Sidon y Acre. En el año 1271 y principios de 1272 Eduardo logró luchar contra Baybars , después de firmar alianzas con algunos de sus oponentes, como los mongoles. En 1272 , Eduardo entablo contacto para garantizar una tregua, pero Baybars trató de asesinarlo. Entonces Eduardo comenzaría los preparativos para atacar a Jerusalén, pero cuando estaba listo para el asedio a Jerusale llegó la noticia de la muerte de su padre, Enrique III de inglaterra. Eduardo , como heredero al trono, decidió regresar a Inglaterra y firmó un tratado de paz con Baybars , lo que permitió su regreso y así concluiria la Novena Cruzada y ultima de las cruzadas de las Edad Media .

No hay comentarios:

Publicar un comentario